jueves, 25 de diciembre de 2008

A un cínico


Uno es eso que acaba de olvidar, y es el instante siguiente que también ya está olvidado. El resto, imágenes imprecisas, sonidos difusos, aromas disueltos, palabras. Y, a pesar de todo, sé quién soy. No es un saber positivo, no busca articularse en nada ni pretende beneficiarme, no tiene una dirección. Tal vez ni siquiera sea un saber. Más bien, resulta cercano a una roca, o a las moléculas que hacen a la roca, o a aquello que interviene en la relación de esas moléculas para llegar a ser roca. Ser más que saber. Alguna vez un cínico, sintiéndose superior en su pequeñez, ironizó acerca de mi saber quién soy como acto de suerte hasta inmerecida poniendo en duda, claro, mi afirmación ya que, ignorante, creía que el que se conoce a sí mismo mágicamente resuelve sus contradicciones o, lo que es peor, acciona de ahí en adelante una voluntad que lo lleva a solucionar sus desencuentros consigo y con el mundo. No hay modo de transmitir el estupor que produce estar frente a la propia existencia si el otro no lo experimenta también. Eso que se conoce está olvidado y en su lugar habita un mito. Conocer es olvidar, sólo en la palabra puedo retener algo de aquello pero no su esencia volátil. Yo digo “sé” y soy. Él dice “sé” y sabe. Será por eso que se me hace imposible emprender la tarea de una autobiografía.
F.R.

martes, 21 de octubre de 2008

Bardos


“En la antigua Irlanda el ollave, o maestro en poesía, se sentaba al lado del rey a la mesa y tenía el privilegio, que nadie más que la reina poseía, de llevar seis colores diferentes en sus ropas. La palabra «bardo», que en la Gales medieval equivalía a maestro en poesía, tenía un significado diferente en Irlanda, donde significaba un poeta inferior que no había pasado por los «siete grados de la sabiduría» que lo convertían en un ollave tras un curso muy difícil de doce años. La posición del bardo irlandés es definida en la Sequel to the Crith Gabhlach Law del siglo VII: «Un bardo es quien no posee más intrucción legal que la de su propia inteligencia»; pero en el posterior Book of Ollave (incluido en el Book of Ballymote del siglo XIV) se dice claramente que el hecho de haber llegado al séptimo año de su educación poética daba derecho a un estudiante a la dignidad de bardo. Había aprendido de memoria sólo la mitad de los cuentos y poemas prescritos, no había estudiado la prosodia avanzada ni la composición métrica y era deficiente en el conocimiento del goidélico antiguo. Sin embargo, el curso de siete años que había seguido era mucho más severo que el que se imponía en las escuelas poéticas de Gales, donde los bardos ocupaban una, posición proporcionadamente inferior. Según las leyes galesas, el Penkerdd, o bardo principal, era sólo el décimo dignatario de la Corte, se sentaba a la izquierda del heredero forzoso y se le reconocía la misma dignidad que al Herrero Mayor.
de La Diosa Blanca, Robert Graves

martes, 14 de octubre de 2008

Paraiso, refugio, música


La idea de pensar acerca de un Refugio Perdido en lugar del Paraíso Perdido miltoniano, es un paso reciente que aborda la Filosofía desde hace unos cuarenta años. El hombre sin refugio, arrojado hacia adelante en una escena que surge desde la tierra y sus ciclos, es parte esencial de la idea de Da Sein en Heiddegger. El paradigma allí es el mismo de los últimos siglos, el hombre expulsado y su relación con la Naturaleza. La palabra será, entonces, la única casa del Ser. Este racionalismo humanista se mantuvo durante siglos como la puerta de acceso a la Filosofía aunque, ya en tiempos de entreguerras, llevara al existencialista alemán a abrazar y alimentar tigres nazis basándose en la herencia y la tradición, como es dable en un pensamiento que tiene por base una interpretación agrícola de la existencia. En el momento en que lo que está perdido no es el Paraíso sino el Refugio, cambia la escena que encuadra la escena primera. Ya no el paraíso que la tradición oral o escrita, religiosa o histórica, tomaran como referencia para un probable “regreso” basado en el respeto por ciertas leyes según el discurso de que trate, sino el refugio al que es imposible volver, expulsados de una vez y por todas del vientre materno. Es un refugio de la imposibilidad, de esa expulsión no se vuelve como no se vuelve a la caverna original de nuestros antepasados. Del mismo modo, expulsado de la Naturaleza el hombre se vio desnudo frente a su imperfección y tendió alianza con su congénere dando paso a la horda primitiva en alabanza de la Diosa. Esta alabanza sirvió para crear la cohesión necesaria de la horda, cohesión que se produjo por medio de los himnos y los cantos sagrados. La música, paralelo tonal del mundo emocional según Sloterdijk -quien trae la idea desde Pitágoras-, es aquello que suplió el silencio de la expulsión original. Silencio que, por no poder todavía decodificar otros sonidos, deviene de no oír más el murmullo materno dentro del vientre. Silencio que, a la vez, intentamos obliterar por medio de la música constante, ya no sagrada, porque ahí se encuentra nuestro ser pero pesa más la expulsión y la angustia que buscamos callar aturdiéndonos “en tiempos donde nadie escucha a nadie”.

©F.Russo

Ahí viene la cana

Ha fallecido el comisario Racana, que diera origen con su nombre a la imagen «¡ahí viene la cana!».
Así se lo contó, en cierta oportunidad a Josué Quesada el dicho comisario, quien narra que cuando era oficial inspector, se había hecho popular en ciertos barrios por sus razias contra los malandrinos. Y los chicos, en cuanto a la distancia veían aparecer la popular figura del comisario, lanzaban el grito de alarma: «¡Ahí viene Racana!».
Pero tanto usaron al apellido que éste terminó por desgastarse y la R y la A se fusionaron en «la».

Roberto Arlt, 1929.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Nuevo Blog


Un nuevo blog dedicado especialmente al Canto en el Tango. Anticipando la próxima publicación del libro El Tango Cantado (una lectura acerca de la Escuela Gardeliana) por Ediciones Corregidor, este nuevo espacio en la red está dirigido a todos los que sienten curiosidad por los diferentes aspectos que hacen al arte de la interpretación de los tangos cantados, su historia, evolución, características y aspectos técnicos. También sirve de base para aquellos que estén interesados en tomar clases de canto y deseen informarse al respecto.


lunes, 29 de septiembre de 2008

Recital recomendado El Filón

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"Escobar", tango de Ontivero-Filipo.

El Filón Tango es un dúo de guitarras y voz femenina que integran jóvenes y muy talentosos músicos: Zulma Ontivero y Carlos Filipo. Llegarán al ciclo Tangos con el Alma para presentar su primer compacto "Da capo/Tango", que en términos musicales representa un retorno al principio de la partitura, todo un símbolo de la historia reciente de Zulma y Carlos que casi tres años atrás llegaron a Buenos Aires desde su ciudad de Córdoba para empezar "de nuevo" su carrera artística en procura de un futuro más amplio en su arte.

Un encuentro de renovadas emociones y cálidos momentos gracias al talento de Zulma y Carlos, que presentarán un repertorio de temas propios y clásicos del género.

La cita es para el viernes 3 de octubre, a partir de las 21, en Bien Bohemio, La Casa de Tití Rossi, Sánchez de Loria 745, barrio de Boedo, Buenos Aires. Aconsejable reservar al 4957-1895 (desde las 20 hs. del jueves 2) o bien a la dirección de correo electrónico detangos@yahoo.com.ar. El derecho de espectáculo es de $ 15. Consumición a la carta sin mínimo preestablecido.
(texto de Enrique Snider)

http://www.myspace.com/elfilontango

martes, 23 de septiembre de 2008

Estamos en radio esta noche


Esta noche de martes 23 de Septiembre a las 21.00 horas(1 am en Europa) estaremos charlando al aire mi amigo Enrique "el Alemán" Snider y yo por su amable invitación a participar en su programa Con alma y música, que se emite por AM 1120 Radio Tango de Buenos Aires. También se puede escuchar online y en directo entrando a  http://www.amtango.com.ar/

sábado, 20 de septiembre de 2008

Será que estoy llorando (Piazzolla- Ferrer)

A diferencia de otras vidas del amor, creemos que la amistad es eterna y es tan profundo e inabarcable el dolor que nos produce su final que todo parece perder sentido repentinamente. El Tango cantó este rasgarse muchas veces tras la escena del amor romántico tal vez por ser más soportable su caída. Tarde o temprano, la herida del amor sentimental llega a cerrarse pero la que deja el fracaso de una amistad permanece sensible para siempre no pudiendo nada ocupar ese lugar. Pensando en estas cosas, y en amigos que ya no están porque faltó el amor y sobró la estupidez, recordé este tango que Ferrer y Piazzolla escribieron en París, en 1981, última obra entre ambos y despedida de un vínculo amistoso y creador que superaba las dos décadas. Lo conocí en la voz de Hernán Salinas, en 1991, a capella, en su departamento de la calle Paraguay, y lo grabé seis años más tarde en Ámsterdam con Juan Pablo Dobal y Hernán Ruiz mientras Frits Janmaat, restaurador de pianos Erard, escanciaba vinos inolvidables que aclaraban la garganta y los dedos y las cosas del alma.


Será que estoy llorando

Nieva y nieva
y el desván está vacío.
Sólo queda un cartelito
"Se vende"
que me duele como el tiempo.

No hay ni un mueble
en esta azul melancolía,
pero ayer tampoco había
más que el cielo
de una cama que era el suelo.

Te subí de tul vestida
con mi traje tan prestado.
Si reír fue la bebida,
se embriagó el amor diez años.

Pero un día
por un chiste mal contado,
los compinches, en dos bandos, desataron
la revancha y la soberbia.

Y este cálido
desván plumón de nido,
me vio vuelto un asesino,
me golpeaste,
nos cubrimos con afrentas.

Y en aquella escribanía
fue un fangal nuestra poesía.
Cada cual fraguó testigos.
Cada amigo fue enemigo.
Cada insulto fue asentado.

Y el desván fue malvendido
y el dinero repartido
y el olvido fue un candado.

Nieva y nieva,
y sin saber por qué he venido,
en los vidrios ateridos
vi tu rostro reflejado,
desolado, blanco y breve.

Debe ser que te he adorado.
O será, tal vez, la nieve.
O será que estoy llorando.
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jueves, 18 de septiembre de 2008

Por qué no canto así


Si. Me preguntan dónde estoy cantando, cuándo es mi próxima actuación. Y, salvo alguna participación como invitado, hace casi un año y medio que no subo a un escenario. ¿Por qué? Ya es tiempo de aclarar esto por aquí.
Tengo la suerte de haber comenzado desde muy abajo en este oficio, básicamente en la calle por las monedas que el transeúnte quisiera arrojar a la funda de mi guitarra tendida en la vereda. No fueron días ni semanas ni meses. Recorrí media Europa como busker, conocí la dormida en celdas policiales, en estaciones de tren, en plazas públicas, en habitaciones de hotel de mala muerte; conocí las corridas callejeras, las peleas por tal o cual vereda o esquina para tocar, los cateos, las broncas y las alegrías supremas. Todavía guardo dibujos y poemas que desconocidos me iban regalando al paso de las canciones a más de 20 años de aquellas aventuras. Luego vinieron los bares, los teatros chicos, los festivales, los teatros grandes, las giras, los CD’s, los reportajes, la radio, la televisión, las notas acerca de uno en diarios y revistas, los managers, las grupies, las giras, el “éxito”. La vida me regaló conocer cada una de las etapas en esta carrera de la música, pero nunca, nunca, tuve que pagar para trabajar. Porque es mi trabajo, mi oficio y profesión, no un hobby. Pretendo lo mismo que los músicos en La Plata ya lograron: no tener que pagar para trabajar. Es inconcebible que los bolicheros no sólo exijan un “seguro de espectáculo” equivalente a una cantidad de dinero proporcional a la cantidad de personas que, según ellos, debería uno llevar a su bar, sino que además hay que pagarles un porcentaje de la entrada y obviar que se están quedando con la caja que da la barra y sus consumiciones. Los que hemos trabajado en el gremio gastronómico sabemos que es alta la ganancia en todo lo referente a tragos y sus variantes. De este modo, sólo los que tienen el dinero para afrontar esto son capaces de subirse al escenario. Se corre la variable por la calidad para que la holgura económica ocupe ese lugar. No sorprenda que, entonces, haya tanto personaje extraño cantando tangos, por ejemplo, nivelando hacia abajo las posibilidades del género. Los bolicheros se comportan como dueños de casa de fiestas a las cuales se alquila y, en tanto pague, que actúe el que quiera. Más allá del perjuicio que esto provoca entre quienes nos tomamos seriamente este laburo, más allá de un camino hecho, no es posible que haya que pagar todo eso y bueno sería que el boliche se quedara con las consumiciones y listo. Ojalá en Buenos Aires ocurra lo mismo que en La Plata, o que las asociaciones gremiales (SADEM, UMI) no sean hipócritas y traten de una vez seriamente este tema. El capitalismo, la sociedad mercantilista, provoca automática censura en los artistas.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Milongón del Roca

En tiempos en que arden los trenes y la realidad se hace humo, un pequeño aporte a la "confusión general", como hubiera dicho Aldo Pellegrini, en modesta canción rioplatense.
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 Milongón del Roca

El bolsito con la toalla y el jabón,

la mirada de la noche y ya es de día.

Bondi lleno yendo hasta Constitución.

La mitad de lo que pasa son mentiras.

 Los carteles anunciando una elección

y el futuro que murió este mediodía

en la esquina de Jujuy con Pueyrredón

porque la desilusión le dio cabida.

“¡La Razón a voluntad!”,

dicen los pibes,

pregonando una verdad

que nadie sigue.

El que tiene poco da

porque es contado,

la limosna en “cuotacard”

no se ha inventado.

Va dejando la ciudad

el tren cargado

de un presente sin piedad,

tan alienado.

Cada cual su mp3

auriculado,

lo mejor es no saber

quién está al lado.

“¡La Razón a voluntad!”

y está tan claro

que es más fácil no escuchar

y hacerse a un lado (y hacerse el nabo).

Esa bronca que se junta en la estación

por los trenes que no salen todavía.

Cada uno con su mambo y su versión

de las cosas que le faltan en la vida.

 Y los chicos con los diarios y el garrón

de mentir con paco el hambre que lastima.

Cada uno con su propia indignación

negociando una porción de sobrevida.

 

©Fabian Russo 2008


viernes, 29 de agosto de 2008

Ecce homo (¿despenalizar o penalizar?)


La historia de las drogas es, también, la de una hipocresía. Por un lado, Nietzsche cerraba el capítulo acerca del teatro en La ciencia alegre (o gaya ciencia) con esa especie de súplica: “¡Hacer del teatro y de la música el hachís y el opio de los europeos! ¿Quién nos contará alguna vez la historia de los narcóticos, que es casi la historia de la "cultura", de la denominada cultura superior?”; por el otro, el mundo es una repre-sentación, la convivencia aceptada entre aquello reprimido y el alcohol, el tabaco ,la televisión, etc. Claro, el punto no está ahí sino en lo adictivo. Sin necesidad de huída del mundo no habría drogas, sin necesidad de suplantación de un vacío no habría drogas. Las drogas y la música serán los elementos más utilizados para llevar a cabo esta huída, la computadora el catalizador de esa angustia en la abstinencia convirtiéndose, a la vez, en transporte para la “navegación” hacia horizontes difusos. De esta manera, la historia de las drogas puede ser la historia de una navegación, de un “viaje”. Desde aquellos primitivos chamanes con sus viajes iniciáticos provistos por una incipiente homeopatía y con la conciencia de su límite, acotado al interior, lo que hacía al ritual, hasta la actual navegación virtual ilimitada, las drogas estuvieron siempre comprometidas en el proceso de algún modo. La historia de una abstinencia. Por otro lado, nadie decide ser adicto. La droga sustituye, en su ritual, el culto por el dinero y el éxito con sintética satisfacción. No es la despenalización ni la penalización el instrumento para abordar el tema de las adicciones. Estas alternativas sólo tienen que ver con el negocio de las drogas, de los dealers, de los transas, de los verdaderos cultores del dinero y el éxito que arman su ritual sacrificando a los pobres adictos empobrecidos: en el plano legal cualquier modi-ficación tiene que ver con una plusvalía y no con el estado de salud de los consumidores. Para que no haya adictos a las drogas tendría que abolirse el culto a la personalidad, la acumulación de dinero y la imposición social en ganarle a un adversario (el otro, el mismo), en lo que sea y a toda costa, para ser.

©Fabián Russo.

jueves, 21 de agosto de 2008

El Tango del Vampiro


De los tangos y poemas tangueados escenciales que a lo largo de estas décadas escribió Luis Alposta, rescato (sin desmedro de sus obras en libro o las grabadas por Edmundo Rivero, entre otros) éste que escribiera hace ya tiempo y que él mismo me hiciera conocer en la voz de Juan Sebastián, artista del arte supremo del recitado que lleva en las vocales el alma secreta del maestro parmesano Amleto Vergiati, alias Julián Centeya. A quienes, como a mí, les atraen las rarezas profundas y originales, con el guiño porteño que hace a la Tanguidad, éste poema acerca de la imposibilidad del deseo se le hará agua en la boca, o quién sabe qué otro fluído...

Tango del Vampiro

Escucho a un fueye que me asegura
que ya es de noche y es noche oscura.

Hoy su rezongo suena a sirena
que está anunciando que hay luna llena.

Este es el tango que con voz ronca
le canto a Lucy al salir del jonca.

¡Lucy! ¡Mi Lucy! Que no hay collares
con que se oculten tus yugulares.

Desde hace siglos no siento el hambre
y hoy sólo quiero beber tu sangre.

¡Conde! ¡Mi Conde!
¡Mi amor prohibido!

Ya desde el día en que la has bebido
mi sangre toda te corresponde.

Si me has herido,
mi flor de anemia
No es esta noche lo que me apremia,
sino la llama que has encendido.

Si algo me quieres,
sólo por eso,

abre la boca con que me hieres
y hoy dame un beso.

El mismo fueye, como si hablara,
me está diciendo que es noche clara.

Ya no es rezongo, ni es la guadaña.
Ni es esa historia de Transilvania.

Este es el tango con voz quebrada
que ahora le canto a mi enamorada.

¡Pero carajo!... ¡Pero carajo!...
¡Quién trajo el ajo!... ¡Quién trajo el ajo!...

¡Tan justo ahora, que sin collares
Lucy me muestra sus yugulares!

Luis Alposta

Audio : http://www.esnips.com/displayimage.php?pid=459915

jueves, 14 de agosto de 2008

Improperio válido para el castellano nuestro

( Tañedor de laúd, Frans Hals)

"Thou whoreson Zed! Thou unnecessary letter!"

King Lear, Shakespeare

Interpretando

exposición a la "mirada" del otro/ propia/ para ordenar el caos
quien interpreta expone el caos
quien interpreta ordena el caos
confesión en tanto el otro ordena el caos con su mirada/ escucha
confesional/ ritual/ repetición/ retorno a los topoi
interpretación/ versión
versus
se escucha "cómo" se dice la "letra"
la letra se mira
cómo dice quien canta
el tango se dice/ confiesa
silencio
me canta.

lunes, 11 de agosto de 2008

Penalizar o legalizar, ¿pasa realmente por ahi?

El uso ritualmente acotado de drogas forma parte, desde el punto de vista psicológico, de las casi desaparecidas prácticas chamánicas. En éstas se concibe el interior humano en la medida en que está ya delimitado, no tanto como esfera anímica cerrada y autónoma, sino como espacio de manifestación y escenario para lo que ha de llegar, acontecer y consumarse.
Al respecto Sloterdijk esboza la tesis de que la filosofía nació cuando los descendientes de los magos se establecieron en la polis y hubieron de acomodarse a las reglas de la intermediación urbana, o cuando señala que, en el momento en que la 'extática' quedó sometida a la retórica, se desarrolló una magia civil cuyos discípulos comenzaron a dedicarse a oficios en apariencia completamente desembriagados, como políticos, oradores, educadores y juristas. Ahora bien, es aquí en Extrañamiento del Mundo donde Sloterdijk propone leer la Historia de la Cultura como historia de la abstinencia. A partir de lo cual, el filosofar pasa a ser concebido como "una forma procesal de la sobriedad" y el análisis antropológico-cultural del problema de las drogas remite a una especie de fenomenología del espíritu propenso a la adicción.
Sloterdijk, en Extrañamiento del mundo, concibe la adicción (a la que diferencia del consumo de drogas como parte de un ritual de extásis o de embriaguez) como una "dialéctica de huida y búsqueda de un mundo", y cita extensamente el libro de Jünger Acercamientos; Drogas y ebriedad o lo que Giddens caracteriza como la "experiencia secuestrada", esto es, un particular intento de suplir la ausencia de experiencias existenciales genuinas, donde encontrar un arraigo para la vida. Quien se hace adicto a los narcóticos es porque carece de motivaciones fuertes en cualquier otra dirección. La droga se impone por defecto, nadie decide ser un adicto (uno no se despierta una mañana enfermo y ya es adicto). La droga tiene un carácter sustitutivo. Sustitutivo del culto al dinero y del éxito intramundano. Quien no pueda acceder a esas drogas sustitutivas es, en el decir de Sloterdijk, arrojado de hecho a las drogas duras. Quien no puede drogarse con grandes cuotas de éxito o dinero simplemente tiene que consolarse con sustitutos químico-farmacológicos, con una felicidad sintética y espectral.


En la ideología clásica y su crítica, el hombre estaba subyugado por las necesidades, sujeto a ellas y se refugiaba en las ilusiones. Ahora ocurre justo lo contrario, vivimos en el lujo y simulamos las necesidades. Es una comedia de la necesidad. Pero debemos precavernos, la palabra droga seguirá siendo una designación defectuosa en tanto la entendamos sólo en su identificación químico-farmacéutica y policíaco-cultural. En el orden del mundo antiguo -chamánico- las "drogas" poseían un estatus fármaco-teológico (ellas mismas eran elementos, actores y fuerzas del cosmos ordenado en donde los sujetos intentaban integrarse con miras a su supervivencia). Las ayudas farmacéuticas son especialmente requeridas en tiempos en que los individuos se sienten enfermos y extraños. En ellas buscan asilo los hombres cuando están persuadidos, por sí mismos o como cuerpo social, de que se presenta una interrupción de la armonía global. De manera que las sustancias psicotrópicas no se utilizan para la embriaguez privada sino que actúan como reactivos de "lo santo", como apertura senso-espiritual a lo demoníaco.


A. Vásquez Roca "Peter Sloterdijk: Extrañamiento del Mundo"

sábado, 9 de agosto de 2008

Soy

Según cuenta la historia, el último tango en el que interviene la inspiración reveladora de Discépolo es Mensaje, dictado desde el más allá al astrólogo Cátulo Castillo una madrugada y musicalizado por Aníbal Troilo esa misma tarde, unos meses después de aquel último encuentro entre Pichuco y el poeta tragicómico que le decía, postrado en una cama de la avenida Callao, "...estoy tan flaco que las inyecciones me las ponen en el gabán...". Sin embargo, hace más de una década, la viuda del poeta, Tania (con quien compartimos un desayuno al mediodía en Mar del Plata en el '91 que consistía en salamín picado grueso y whisky con hielo, y una versión que hicimos a duo, muy ad hoc, de Esta noche me emborracho); como decía, Tania encontró una partitura en el fondo de una caja. Ese papel amarillento llevaba escritas las notas de un tango que no había llegado al estribillo y que Discépolo había simplemente titulado Soy. Dispara todo tipo de imaginaciones el sólo pensar en lo que animaba al poeta en sus últimos días para comenzar una obra con tamaño título. Es así que Tania le entrega esta partitura a Horacio Ferrer quien, a su vez, se la da a Jairo para que éste complete la posible melodía del estribillo. Una vez establecido el tema musical, Ferrer escribe una letra en la que, tomando en cuenta aquel tango dictado desde el Hades, Discépolo nos habla nuevamente. Por diversas razones que están ligadas a extrañas leyes humanas, este tango no ha sido grabado por otros cantantes. Sin embargo, hace más de once años me tocó estrenarlo en el sótano del Café Tortoni y, sorteando algunos obstáculos, llegamos a grabarlo junto al pianista Juan Pablo Dobal y el guitarrista Hernán Ruiz en un CD que, misteriosamente, nunca llegó a hacerse público. Aquí, el tango Soy, de Enrique Santos Discépolo, Horacio Ferrer y Jairo, tango que tardó 50 años en terminarse.
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jueves, 24 de julio de 2008

Memoria porteña


"Los anarquistas se reúnen en grupos, en los que no impera autoridad alguna, siendo por consiguente todos iguales, porque sus doctrinas demoledoras no les permiten reconocer entre ellos mismos una autoridad que les dirija.

Los grupos de Buenos Aires no tienen locales especiales donde reunirse, haciéndolo al aire libre y cuando les cuadra.

Los principales grupos se denominan: 'Desertores', 'Angiolillo', 'Desheredados', 'Dinamitados', 'Dispersos'. Los más agresivos constituyen 'Violencia contra violencia', 'Ni Dios ni Amo'. Otros más estudiosos y moderados forman los grupos 'Germinal', 'Feminista', 'Estudiosos', 'Dolce far niente','Libertad y Progreso', 'Alba', 'Ciencia y Progreso', 'Libertad y Amor'."



(de Buenos Aires desde su fundación hasta nuestro días, Manuel Bilbao, Imprenta de Juan A. Alsina, Buenos Aires, 1902.)


domingo, 13 de julio de 2008

Las retenciones y lo reprimido IV (basta)

Cada vez que miramos para otro lado en las situaciones más simples y cotidianas como cada vez que un pibe nos pide una moneda o cada vez que un cana aprieta a un sin techo, se tiende el espacio para que la enfermedad argenta progrese –como desde hace siempre- profundizándose en nuestra identidad. Y hemos pasado por el pasado entre la crueldad conservadora y la represión de nuestras mejores inspiraciones. Las retenciones y lo reprimido como caras de la misma moneda que escasea en el bolsillo. Secuestrados en la desidia, permitimos que el rescate pedido, el chantaje (palabra que misteriosamente puede remitirnos al corpus de lo chanta) se ejerce en desmedro de quienes quedan fuera del sistema y nos miran, cada vez más numerosos, con sus ojos de neblina. De nosotros a nosotros mismos. El retener conservador extiende sus fronteras y considera que esa “renta” les pertenece tal como todo lo que conserva. La locura es reprimir esta constante argentina, lo individualista, lo exiliado, me salvo yo, yo argentino. Desde Esteban Echeverría hasta Sebreli o Macedonio y Marechal, Borges, Charly, Martínez Estrada, son muchos, pensadores argentinos identificaron esta característica que Perón, lector astuto más que sabio, llevó a la acción primero como sanador aglutinante, sonrisa gardeliana para Borges, el miope, y años más tarde se alió con su contraparte de la que, tal vez, nunca se había alejado. Reprimir retenciones conservadoras desde una trinchera sólo las inflama y las anima a retener con más ahínco sus ganancias. Como si fuera una revolución sin armas pero al fin burda caricatura de aquella que intentó Allende. Ambas partes responden a los mismos amos y en medio, los que también somos, caemos como Charly hartos de nosotros mismos, hartos de saber que ser astutos y no sabios en el fondo no sólo es infantil sino poco práctico, de seguir sufriendo, hartos de la metonimia mediocre de nuestras vidas sosteniendo alguna justificación para que todo esto siga manteniéndose. Por otro lado, sea como fuere, un gobierno electo tiene la potestad de estatizar o distribuir la economía según se lo ha planteado. El chantaje no tiene ideología y esto le da poder en tanto controla el flujo de lo económico y de la argentinidad de manos sucias que vive lavándoselas; la forma nos habla del sentido, y ya conocemos históricamente a estos buitres. Caemos como chorlitos en el engaño que ambos contendientes han dispuesto. Llegará alguna vez el momento en que ya no haya que retener ni reprimir.
F.R.


SALITRAL (del CD Civilización, Los piojos)

COMO SI EL JUEGO FUERA CAMINAR
EN LA CORNISA SIN VER
E INEVITABLE FUERA JUGAR
RULETA RUSA EN TODO TIEMPO Y LUGAR...
Y LO QUE ESTARA BIEN SIEMPRE ESTARA MAL
CUANDO NO HAY CHANCE DE SER
MIEDO FEROZ A DEJAR DE HACER PIE
VOY POR FUERA
MIEDO FEROZ A NADAR
TUS PROMESAS SON ENGAÑOS
UN ESPEJISMO EN UN SALITRAL
NO LO DIGAS... ESTA CLARO
UN ESPEJISMO.. EL MAÑANA
CUANDO LAS PUERTAS NO ABREN JAMAS
Y SE DERRITE LA LUZ
CUANDO EL ATAJO SIEMPRE PUEDE MAS
VAMOS BEBIENDO
BEBIENDO DE UN SALITRAL
SIN CREER EN MAÑANA NO HAY HOY
Y QUE DOLOR NO CREER...
LOS QUE DECIDEN NO VIENEN DEL MAS ALLA
Y LA MISERIA... Y LA DESIDIA... ES MORTAL.

Andrés Ciro

jueves, 3 de julio de 2008

Las mil y una (milonga)

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a Mario Paolucci, Gran Maestre de la Bohemia del Sur, in memoriam.



“Salud a la cofradía/ trotacalle y trotamundos/ todo nos falta en el mundo/ todo, menos la alegría/ Y viva la Santa Unión/ de Sin-Ropas y Sin –Tierras/ todo nos falta en la tierra/ todo, menos la ilusión/ Corto sueño y larga andanza/ en constante despedida/ todo nos falta en la vida/ todo, menos la esperanza/ Amigos de las botellas/ pero poco del trabajo/ todo nos falta aquí abajo/ todo, menos la estrellas/ Inofensiva locura/ sinrazón de vagabundo/ todo nos falta en el mundo/ todo, menos sepultura” ( Canción de vagabundos, Raúl González Tuñón.)

Yo de pibe me juntaba con poetas
que tenían más respuestas que preguntas
y aunque había poca suerte y menos teca
no faltaban las botellas y las musas.
A la sombra de Tuñon pedían letra
y soñaban con ser capos de la pluma
anotando en las mugrosas servilletas
la bitácora genial de aquellas curdas.

Para nosotros era una fiesta
aunque apretaba la dictadura
y noche a noche las noches nuestras
eran de una las mil y una.

No faltaba aquel campeón de la tristeza
con la verba alucinada de la culpa,
ni el payaso repitiendo la promesa
de callarse si empezaba una trifulca.
El actor, el musicante y el profeta,
el barbudo intransigente y medio mufa,
el que todo lo vivió y está de vuelta,
y hasta yo, pichón de bardo, con mi luna.

Para nosotros era una fiesta...

La “Canción de vagabundos” nuestra estrella,
y el misterio de la noche simple y dura
agarrados a algún vaso de ginebra
para calentar la lengua con soltura.
Yo de pibe me juntaba con poetas
que perdidos en la noche más oscura
siguen siendo los que cantan la epopeya
de los versos, de la vida y de la lucha.


©Fabian Russo, 2008.

martes, 1 de julio de 2008

Las retenciones y lo reprimido IV


"Me afligió pensar cuán breve había sido el sueño de la Inteligencia humana. Habíase suicidado. Se había puesto con firmeza en busca de la comodidad y el bienestar de una Sociedad equilibrada con seguridad y estabilidad, como lema; había realizado sus esperanzas, para llegar a esto al Final. Alguna vez, la vida y la propiedad debieron alcanzar Una casi absoluta seguridad. Al rico le habían garantizado su riqueza y su bienestar, al trabajador su vida y su trabajo. Sin duda en aquel mundo perfecto no había existido ningún problema de desempleo, ninguna cuestión social dejada sin resolver. Y esto había sido seguido de una gran calma.Una ley natural que olvidamos es que la versatilidad intelectual es la compensación por el cambio, el peligro y la inquietud. Un animal en perfecta armonía con su medio ambiente es un perfecto mecanismo. La naturaleza no hace nunca un llamamiento a la inteligencia, como el hábito y el instinto no sean inútiles. No hay inteligencia allí donde no hay cambio ni necesidad de cambio. Sólo los animales que cuentan con inteligencia tienen que hacer frente a una enorme variedad de necesidades y de peligros."


H.G.Wells, La máquina del tiempo, capitulo XIII.

martes, 17 de junio de 2008

La retenciones y lo reprimido III (en el octógono)


"Y sin duda nuestro tiempo... prefiere la imagen a la cosa,la copia al original, la representación a la realidad,la apariencia al ser...lo que es 'sagrado' para él no es sino la ilusión,pero lo que es profano es la verdad.Mejor aún:lo sagrado aumenta a sus ojos a medida que disminuye la verdad y crece la ilusión,hasta el punto de que el colmo de la ilusión es también para él el colmo de lo sagrado."
FEUERBACH, prefacio a la segunda edición de La esencia del Cristianismo.


El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real, su decoración añadida. Es el corazón del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo presente de la vida socialmente dominante. Es la afirmación omnipresente de la elección ya hecha en la producción y su consumo corolario. Forma y contenido del espectáculo son de modo idéntico la justificación total de las condiciones y de los fines del sistema existente. El espectáculo es también la presencia permanente de esta justificación, como ocupación de la parte principal del tiempo vivido fuera de la producción moderna.

Guy Debord, La Sociedad del Espectáculo, 1968.

lunes, 16 de junio de 2008

Las retenciones y lo reprimido II. (Charly, el sacrificio)


Transformación ( de Kill Gil)

Cerrando las cortinas escondemos el dolor
Cambiando las cabinas escondemos la ilusión
Y cada vez que el canillita trae noticias del final
parece asegurar que sólo por amor
nadie vende diarios
Y cada vez que pedimos perdón teniendo la razón
por descomposición tratando de agradar
nos hacemos daño
Hay veces en que me siento encerrado
la jaula no es tan solo esta pared.
No digas que estoy mal, yo la estoy pasando bien
No sé por qué,
Yo sé por qué
Y cada vez que el canillita trae noticias del final
parece asegurar que sólo por amor
nadie vende diarios (jamás)
Y cada vez que pedimos perdón teniendo la razón
por descomposición tratando de agradar
nos hacemos daño
No insistan en ponerme cerraduras
soy libre y no pienso desistir
cuando quiero salir, no me importa morir
no tengo fin!
no tengo fin!
Cada vez que trates de matar
quizás estés matando a quien te trata bien
cada vez que quieras disfrazar
todos esos disfraces abrirán tu piel.
Y cuando estés cansado de sangrar
Verás que ya no hay nada que ganar
cada vez que trates de ganar
será que tenés mucho que perder.
Y cada vez que el canillita trae noticias del final
parece asegurar que sólo por amor
nadie vende diarios (jamás)
Y cada vez que pedimos perdón teniendo la razón
por descomposición tratando de agradar
nos hacemos daño
No insistan en ponerme cerraduras
soy libre y no pienso desistir
cuando quiero salir, no me importa morir
no tengo fin!
no tengo fin!
Volveré a abrir tu corazón
aunque pasen mil años te daré mi amor
volveré a abrir tu corazón
aunque me desintegre la transformación.
Y cuando estés cansado de llorar
ese vacío ya no te hará mal
Volveré a abrir tu corazón.

Charly García

miércoles, 28 de mayo de 2008

El suburbio que hoy reina en todo el mundo


Como a la Modernidad creemos verla nacer tras las dudas de Descartes, a la Posmodernidad la vemos acunada, entre otras formas, por el Estructuralismo. Hay un rechazo a las dualidades, al binarismo, y el sujeto aparece fragmentado. "Ya no hay más que pequeñas historias y no hay lugar para los grandes relatos", nos dice Eduardo Grüner mientras lee a Jacques Derrida. Hay un aplanamiento (aplazamiento), una homogeneización de la cultura, una trans/versión de las cosas. Esa versión atravesada es hija de una lectura particular que se hace sobre/acerca/en un discurso. La fragmentación permite rearmar, como en un rompecabezas, las posibilidades formales del objeto. Ahí el objeto es sujeto y es sujetado. Sujetado por una tradición ya que sin ella es imposible advertir la nueva forma que, aunque llegada de una fragmentación, se quiere unida, unitaria, conservando un halo de aquello de lo que proviene. No deviene en nada nuevo, nada nuevo es creado. Y en esa nada preexistente que se forma, pareciera que cualquier experimentación es posible, experimentación que ocupa el lugar que la creación tenía, por ejemplo, en el Romanticismo alemán. El experimento en la nada, la fusión, la hibridación, puede ser confundida con creatividad. La astucia, la combinación de elementos que apelan a la atención del espectador (algo que viene de la publicidad y de los medios de entretenimiento donde somos sólo espectadores y consumidores) sorprendiéndolo con determinada excéntrica, ingeniosa presentación, toma el lugar del trabajo del artista, largo y arduo, humano. Ante el aletargamiento que provoca esta corriente de acción y reacción, entre las formas fragmentadas y fusionadas, y la expectación del público, el Tango aparece como una alternativa en la que no se produce una hibridación sino que la identidad del género abarca las posibilidades que fueron surgiendo a lo largo de su proceso histórico. Es posible hallar en el Tango elementos del Jazz, el Folklore argentino, la música clásica, la canzonetta napolitana, etcétera, etcétera. Música de puerto, su identidad es cambiante pero es sólo una. De ahí que sea posible trazar una línea entre Juan “Pacho” Maglio y Astor Piazzolla por más que este último, sin salir del Tango, haya excedido sus fronteras de género hacia el Jazz y la Clásica. Piazzolla apiazzolla el Tango, no lo internacionaliza, no lo globaliza, intenta nada más que hacer la música que le suena adentro con toda la tradición tanguera pero hombre de su siglo que escucha toda la música. Lo mismo que Salgán, Rovira, o, más atrás, Gardel, con sus melodías inspiradas en el campo y en Hollywood; Fresedo y el Jazz de las orquestas de los ’30 y ’40; Canaro o Mores con su sonido Broadway. Nada de la música de estos que enumeramos podría ser confundida con algo que no sea Tango ya que existe una unidad, una verdadera elaboración de los elementos en juego que deviene no en una adaptación sino en una integración en el contexto de una identidad particular. Todo ese Tango que crecía en su Río de la Plata no tuvo resonancia internacional, al contrario, como música de la periferia sólo era conocida por una selecta élite intelectual burguesa en ciertos países del norte, y, paradójicamente, era otra la música que, bajo el nombre de Tango, se hacía popular en EEUU y Europa: el Tango Internacional surgido en Alemania, de acordeones, compás de 2/4 y head snaps, espásticos movimientos de cabeza con ambiciones quiroprácticas. En tiempos de navegaciones como los actuales, mientras el turismo toma el lugar de los antiguos expedicionarios aunque con mayores comodidades, mientras pasamos de la globalización a la provincialización generada por los medios cibernéticos y electrónicos, ahora que cada vez más sentimos nuestra insularidad, queda el Tango despojado de su personal existencialismo y, poniendo el cuerpo, encuentra sitio en la huída general mediante el abrazo de su danza –que pasó de ser una conversación en movimiento a una expresión sensual erotizada-.

F.R.

jueves, 8 de mayo de 2008

Nostalgias..., eran las de antes



Ya la había grabado en el '93 con el Sexteto Canyengue pero, mientras charlábamos haciendo juntos un asado en el fondo de su casa de Rosario, el maestro Federico, "Fede", desde el tono de mi voz hablada comentó: "Seguramente lo cantás en Do#".
- No, le dije, lo grabé en Re.
Volvimos sin más a lo que nos ocupaba: enseñarme su técnica para hacer un asado. Tras la siesta, que duró poco ya que el maestro era de corto dormir, me paró al lado del piano y, efectivamente, en Do# me quedaba mejor uno de los tangos más grandes que se hayan escrito, antes y después en el tango-romanza. Ben Molar, amigo viejo/viejo amigo, me contó una vez que cuando le mostraron a Magaldi sus autores el tango Nostalgias, el cantor nacional espetó: "¿Eso es un tango?", y, por supuesto, no lo cantó. Nostalgias, dé inspiradísimos Cadícamo y Cobián, presenta la primer renovación en la cancionística del Tango tras Milonguita, el primer tango canción.
Así fue como el maestro Domingo Federico, una vez que terminamos de componer la Mlonga para Pepito Avellaneda, escribió el arreglo orquestal con que me acompañó en la gira que hicimos por Europa con su orquesta.Y además, me enseñó una manera de hacer una parrillada digna de su talento creador. Esta grabación en vivo fue realizada por la cadena radial VPRO durante un concierto en el Tropenmuseum de Amsterdam el 4 de diciembre de 1998.
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domingo, 4 de mayo de 2008

Llorando la carta


En una de sus últimas entrevistas, el pensador rumano-francés Emile Cioran decía: "el Tango es de las pocas músicas que todavía me resulta tolerable. La defino como la más extraordinaria mixtura entre metafísica y burdel. Los despojados del amor se convierten inmediatamente en filósofos, el Tango resuelve y engloba esta perturbación mágica de los amantes desdichados. Es impertinente tratar de definirlo. Lo fundamental es escucharlo. Sentir que en esta Edad de Oro del artista inconcluso, del personaje fracasado, somos varios quienes necesitamos rechazar la vana manía interpretativa de nuestro tiempo, entregándonos al placer de una música o de un texto..." Admirador de la obra de Borges, a quien consideraba icono del escritor del siglo XX y del idioma español, "el único en el que el Tango era posible", Cioran rescata eso indefinible que hace a la Tanguidad. Propone una actitud no analítica, no interpretativa desde el saber académico; una actitud de escucha activa y emocionante. Lo que emociona es lo indefinible, ese filosofar en la tormenta para aquietar el temor y el temblor, aliviar el peso de ser. El Tango produce su corte haciendo evidente este proceso individual. El Tango, arte popular, apela al individuo, lo interroga acerca de sí mismo y le sirve de consuelo y compañía. Tal vez para Cioran el Tango era tan desterrado como él, tan universal como Borges. El personaje del Tango suele haber sido apartado de su ambiente (el paraíso perdido) y permanece errando por el mundo atento a sus vaivenes, alerta a sus bajezas pero inocente y entregado frente al amor como en el juego. Tarde o temprano, el personaje del Tango vuelve sobre sí mismo a interrogarse. Pero para volver hay que haberse ido, para siempre estar volviendo hay que siempre estar yéndose como en una permanente Odisea. Si tomáramos el corpus de las letras de Tango como un gran poema épico, hallaríamos esa coincidencia en términos existenciales: una aventura del alma. En el burdel metafísico del Tango se va armando el relato de los que se han quedado sin origen y sin puerto; de los que vagan por un destino del cual no se huye por no dejar de ser; de los que han fracasado para ganar un mundo, otro. No se llega a la profundidad del Tango desde lugares comunes periféricos sino desde sitios internos originales, almas sitiadas por esa perturbación de ser. El alma que canta.
©FR

martes, 29 de abril de 2008

Alienación

En febrero de 1997, grabamos en Amsterdam el CD "Tiempos viejos" (Syncoop records) junto al Quinteto Bailongo. Meses antes, durante la pre-producción, mientras seleccionábamos la música para el disco, decidimos incluír una canción inédita de Astor Piazzolla con texto de F.Bagalá titulada "Alienación". Esta partitura dormía en un cajón de la Editorial Pagani, en Roma, en donde el guitarrista del quinteto, Rob Bangert, la había hallado formando parte de diversas obras que Piazzolla escribió no ya para el género del Tango sino con intenciones de incluírla en el repertorio clásico y no había sido nunca grabada. La partitura original que tuve en mis manos está escrita para barítono y piano a manera de lied. Así fue que nos dispusimos a trabajar sobre ella respetando lo escrito por el autor, es decir, desde el punto de vista clásico, sin modificar lo escrito en esas partes. Tomé la desición de tender al fraseo y a una impostación leve en la emisión de la voz en la tercer toma de estudio. Aquí, entonces, la única versión que existe del tango de Astor Piazzolla y F. Bagalá "Alienación", que tuve el placer de grabar e interpretar en largas giras junto al pianista Lucas de Bruin. Tal vez esta obra, escrita en 1981, cobra una especial actualidad en los tiempos que vivimos.
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Alienación

Un sol con otro sol con otro más,
ayer igual, mañana igual,
siempre la misma alineación,
el tiempo pasa en cantidad,
hora más hora sobre hora.
Un paso y otro paso a caminar
de una pared a otra pared,
de la ventana hasta el rincón,
siguiendo el rastro de tu olor,
tocando el aire de tu sombra.
Un sol con otro sol,
vivir hay que vivir,
habrá que acostumbrarse a ser fantasma.
Salir a no pensar,
volver para dormir.
Dormir es una forma de escapar...
Total, no soy el único al final
que solo trata de durar en paz.

No quiero nada más.
No habrá ninguna fuga
que valga por tu piel, tu vuelo,
tu manera de sentir.
¿Con qué imaginación,
con qué palabra nueva,
se puede reemplazar amor
que completaba tanto?
Hora sobre hora sigo,
un paso y otro paso.
Aquí te guardo y yo me quedo
fantasma con un sol,
con otro sol,
viviendo en vos
de la ventana hasta el rincón.
Tu olor aquí, tu sombra allá.
Alineación de ayer igual,
mañana igual.

Un paso y otro paso a caminar
cruzando toda la ciudad,
amontonado en el montón,
el tiempo es una fijación
hora más hora sobre hora.
Un día y otro día y otro más
de una pared a otra pared,
detrás del ruido diagonal,
hasta sentarse en un café,
con la cabeza en otra cosa.
Un día y otro más
vivir hay que vivir
cuestión de acostumbrarse a ser fantasma.
Pensar en no pensar,
dormir para dormir.
Dormir es una forma de escapar...
Total, no soy el único al final
que solo trata de durar en paz.

Francisco Bagalá

lunes, 28 de abril de 2008

Sobre el cinismo II (una lectura)

Desde su monumental Crítica de la razón cínica, de 1983, profusamente leída y debatida en Alemania, saludada por Jürgen Habermas como el acontecimiento más importante en la historia de las ideas desde 1945, el alemán Peter Sloterdijk se ha impuesto como uno de los pensadores europeos más fecundos e innovadores, su obra desató una fuerte polémica, alcanzando una influencia y gravitación quizá similar a la que tuvo en la década del veinte La decadencia de Occidente, de Spengler.
Sloterdijk quien enseña filosofía en la Hochschule für Gestaltung de Karlsruhe, Alemania, se encuentra inserto en la tradición de Nietzsche y Heidegger, emparentado a la vez con artistas contemporáneos de la sensibilidad de Wim Wenders y Peter Handke.
La Crítica de la razón cínica puede leerse como una puesta al día de la Dialéctica de la Ilustración de Adorno y Horkheimer. No se trata ya del nihilismo en ascenso, ni de la metamorfosis de la razón en un nuevo mito ni, mucho menos, del dominio de la razón instrumental lo que Sloterdijk describe y denuncia, sino el cinismo difuso de nuestras sociedades exhaustas. Ese 'nuevo cinismo' que se despliega como una negatividad madura que apenas proporciona un poco de ironía y compasión, pero que finalmente desemboca en la desesperanza. Un cinismo que Sloterdijk define como 'falsa conciencia ilustrada': la de quienes se dan cuenta de que todo se ha desenmascarado y pese a ello no hacen nada, la de quienes se dan cuenta de que la escuela de la sospecha tampoco ha servido de mucho. De allí cierta voluntad iconoclasta, voluntad de ruptura con el pacto cívico ante una comunidad que aparece inauténtica y perturbada, por lo que el verdadero cínico prefiere escapar de la alienación, optando por el camino autárquico (autarkeia) antes que andar embrutecido como el rebaño domesticado, gobernado por las rutinas y convenciones de la gran ciudad. Sloterdijk realiza una "deconstrucción" radical -en el más genuino sentido del postestructuralismo francés- del concepto de logos tal y como nos lo ha legado la historia de la filosofía occidental, y para hacerlo se sirve del cinismo antiguo: de la risa, la ironía y las interpelaciones. El escándalo parte de su melancólica declaración del fracaso del humanismo como utopía de la domesticación humana mediante la lectura, ante las nuevas técnicas de agitación y desinhibición de las masas, pero también del supuesto coqueteo con el vocabulario nazi y con las peligrosas fantasías de Nietzsche acerca del superhombre, así como con las ideas de Platón sobre el Estado como parque zoológico humano, donde una elite de sabios planifica la vida de los hombres al modo de un staff de tecnócratas al frente de una empresa de ingeniería genética. Sloterdijk desarrolla, así, un nuevo tipo de fenomenología y ontogénesis de los espacios humanos, repasando sus aventurados vericuetos por el imaginario de la historia, el arte, la literatura, la música pop, la mitología, la patrística, la medicina magnetopática, la psicología analítica, la mística y la filosofía.
Adolfo Vásquez Rocca
visitar http://www.ucm.es/info/nomadas/14/avrocca.pdf

sábado, 26 de abril de 2008

Loca ella, loco yo


En el año 2002, cerca de fin de año, había una milonga en una Londres nevada que se llevó a cabo en el hall de un Instituto de Neurología a la medianoche. Quien la organizaba, un tal Oliver, había obtenido el permiso de sus directores con la condición de que allí no se fumara ni se consumiera alcohol. La primera regla estrictamente respetada. Estando en un ambiente tan inusual, la pregunta acerca de qué puede llevar a la gente de este u otros países a disfrutar del Tango de modos tan diversos e inesperados estaba a pedir de boca. Uno sabe callar ciertas cuestiones a tiempo. Esa imposibilidad, lo imposible de que en un instituto de ese tipo existiera una milonga, puede remitirnos a nuevas preguntas que, por cierto, otros ya se han hecho. Por caso, vemos en Alicia Dujovne Ortiz un acercamiento a estas cuestiones cuando dice “...el Tango simboliza el ‘tesoro de la incertidumbre’, indispensable para que la posibilidad de la pareja permanezca siempre abierta y siempre lindante con su imposibilidad”. Tesoro de la incertidumbre en tanto acto de seducción permanente donde los velos no se dejan caer por completo aún cuando sea esa la actitud. Esto no sólo sucede en la danza sino en cada una de las expresiones tanguistas. La entrega del cantor en su interpretación, como forma de arte, no puede ser percibida como vano exhibicionismo. La cadencia profunda del bandoneonista sólo nos advierte de ciertos aspectos de su alma. El Tango habla acerca de si mismo a través de sus artistas antes que los artistas por medio del Tango. Pero, volviendo al tema de la imposibilidad, lo que aquí se juega es el deseo en tanto motivo que nos arroja hacia adelante, alguien llamaría a esta pulsión simplemente fe. La fe se construye frente a la evidencia de la imposibilidad como también el deseo lo hace. En tanto el deseo se pone en juego es posible quebrar las metonimias, las repeticiones, las alienaciones que acechan. Su falta resulta en inanidad y es así como los lugares comunes -¿viniste sola a bailar?- suenan vacíos de contenido. El deseo impone una actitud creativa e impensada. Asistimos felices a la belleza siempre renovada en la obra de Juan Carlos Cobián o de Charlo, por ejemplo. Cuando el deseo encuentra su camino, se convierte en pasión. Esa imposibilidad que provoca al deseo y lo nutre hasta convertirlo en pasión resulta, tal vez, en que algunos londinenses organicen una milonga en una institución psiquiátrica sin temor a quedar internados.

©FR

Ni el músculo duerme, ni descansa la ambición

Se impone una reflexión ante la ausencia de nuevas canciones en el Tango que suena en la actualidad. La figura del cantor o cantora se ha convertido en una mera decoración en ciertas orquestas nacionales o extranjeras, y los ensambles musicales con importante presencia de obras cantables son generalmente liderados y producidos por los vocalistas. Aún en estos casos el repertorio no suele ir más allá del período comprendido entre 1930 y 1955*.Los tangos se repiten de cantante en cantante y es raro encontrar alguien que arriesgue nuevas canciones propias o ajenas aunque empieza a haber una leve presencia de cantautores, bardos tangueros. La discusión se entabla ante la presencia de la danza que abarca casi todo el Tango en los últimos veinte años llegando a vincularse el género sólo con el baile como si sus otras expresiones no existieran. Es común que el visitante extranjero en Buenos Aires sólo vaya cotidianamente a las milongas y no muestre ningún interés por lo que el Tango puede ofrecerle fuera de esa actividad. Existe una sectorización entre las artes del Tango como si no fuera necesaria su intrínseca relación, su menjunje, para que la Tanguidad sea. Aún, entre las extrañas invenciones que surgen para agasajo de los turistas, hay un Campeonato de Danza de Tango, como si fuera un deporte, en vez de un festival o certamen, algún día a alguien se le ocurrirá postular al Tango Danza como disciplina olímpica… Esta apropiación que el mercado hace del Tango parcializándolo y ofreciendo sus partes individualmente para capitalizarlo, hace que aparezcan como subproductos el canto, la poesía y, en menor medida, la música instrumental. Se parte de la idea de que los bailarines aceptan alguna otra expresión en tanto no les tome mucho tiempo entre danza y danza, como si el canto y lo instrumental fueran simples efectos coloridos, decoraciones inevitables de una noche de baile.
*“la verdad es algo que estuvo inscripto en el pasado. (…) El inconsciente es un saber que garantiza lo propio de la repetición. Es el lugar de la verdad, la verdad que funda la historia y la verdad producida en la historia.” Walter Beller, Carta Psicoanalítica, México, 2003.
©FR

jueves, 24 de abril de 2008

Bardero (crítica al CD en El Tangauta)


BARDERO

Fabián Russo es un bardo.¿Vale la pena escucharlo entonces? Por supuesto, porque pese a que bardo es en el lenguaje coloquial desorden o lío, en su acepción original significa trovador o juglar. Y jugando con las acepciones —y con nosotros— Russo utilizó esta palabra como título de su último disco. Su voz grave y varonil es una forma de ubicarse en la época dorada del tango, hecho que también se refleja por haber compartido escenario con maestros como Pugliese, Goyeneche y Mederos, entre otros. Varios de los temas son composiciones propias (en clave de tango o milonga) que desde un lenguaje nuevo referencian a un pasado que no está detrás sino en paralelo. Milonga para Pepe Avellaneda es casi una crónica para los libros de historia de aquel que desde su sabiduría enseñó a bailar a casi todos. –LG (para El Tangauta)

THE BARD. Fabián Russo is a bard. Is it worthwhile to listen to him then? Of course, because despite the fact that in Argentine slang bard means disorder or mess, its original meaning is troubadour or minstrel. And playing with the meanings —and with us— Russo used this word as the title for his last CD. His serious and manly voice places him in the Golden Era of tango, supported also by the fact that he shared the stage with masters such as Pugliese, Goyeneche and Mederos, among others. Several of the songs are of his own composition (in the rhythms of tango or milonga). He uses a new language to refer to a past that does not run behind but parallel. Milonga para Pepe Avellaneda is almost a history book chronicle of he, who with his wisdom, taught almost everybody else how to dance.
“EL BARDO” Fabián Russo; 2005

domingo, 20 de abril de 2008

Sobre el cinismo


Alguien me dirá que es mi culpa, que tengo que elegir mejor con quienes ando, pero uno se arrima a determinados mundos y personas por razones que, en general, están más cerca de la curiosidad o el deseo que de la razón. Por suerte, nunca me he sentido sometido a la obtención de determinados vínculos y, si existe este blog o aparece conectado el messenger, no me produce ningún síndrome de abstinencia el no hallarme virtualmente comunicado. Tal vez, de ahí que haya quienes se sienten personalmente heridos por no tener yo el mismo tipo de actitud adictiva en el chateo porque no siento la compulsión de establecer contacto por más que vea al otro conectado. Me agrada saber que mi hija y yo, especialmente, nos hallamos en contacto de esta manera a pesar de los 13.000 kilómetros que nos distancian aún cuando no tengamos nada que decir a veces. Pero, volviendo, no sólo en este mundo de virtualidades programadas aparece esta queja respecto de mi mañoso ser aquí. Es la historia de una vida. Desde la adolescencia temprana, negativo o pesimista han sido los epítetos más suaves que me han proferido. Sarcástico, complicado, oscuro, vueltero, demasiado racional, poco espiritual, exageradamente analítico, distante, frío, resentido, malvado, cínico. Es cierto que no creo que existan las “cosas simples de la vida”, ni las personas “sencillas” o “sin rollos”, me dan la impresión de que pueden llegar a ser excesivos fóbicos. Una mancha más para este tigre. Lo cierto es que hubo un punto, hace muchos años, en que estos juicios acerca de mi personalidad (recibidos sin haberlos pedido y, en general, expedidos por quienes se tienen a sí mismos en una jerarquía diferente) empezaron a ser motivo de una especie de orgullo por el rescate de una identidad, la mía, fuera del rebaño gobernado por las rutinas y convenciones de la urbanidad. Decir lo que se siente o piensa de un modo no ofensivo puede ofender a quien está en el rebaño y hasta puede ser uno tachado de soberbio por ser simplemente uno mismo. En realidad, es una invitación al intercambio de ideas, es suponer al otro suficientemente inteligente o avispado como para conversar, pero sucede, ante nuestra sorpresa, que el otro puede sentir esta invitación como un peligro. Ese interlocutor es un cínico. Tal vez, sea posible hablar de dos tipos de cinismo. Hay quienes nos encontramos más en la línea cínica de un Diógenes, en el cual la risa, la ironía y la interpelación inteligente son los recursos utilizados para hacer temblar los fundamentos de lo establecido. Es un cinismo de antigua data en la historia de la Humanidad y es, sin que me surja una duda, un cinismo auténtico ya que tiene un objetivo claro y real: escapar de la alineación reinante prefiriendo cierto grado de autonomía que puede aparentar soledad para el rebaño. El otro cinismo, el que más cunde, el artificial, desata su ironía desde una profunda negatividad que lleva a la desesperanza, al “qué le va a hacer”, “así son las cosas”; una toma de conciencia que elige no hacer nada, una “falsa conciencia ilustrada”, en palabras de Sloterdijk, “la de quienes se dan cuenta de todo se ha desenmascarado y pese a ello no hacen nada, la de quienes se dan cuenta de que la escuela de la sospecha tampoco ha servido de mucho”. Aquellos que eligen el status quo son, entonces, cínicos, los que juzgan al diferente y quieren un mundo homogéneo, los que critican al que “piensa demasiado”. Quien se halla en búsqueda permanente de la verdad no lo hace para destruirla, como quiere ese otro cínico en su provinciana globalización con tal que la cadena metonímica de su vida no pierda un eslabón. Cuanto más avanzado nuestro mundo, cuanto más globalizado, más “comunicado”, menos lugar para el que busca, lámpara en mano, al Hombre.

jueves, 17 de abril de 2008

Borges y la bola de cristal

Desde hace poco más de un año se ha establecido, en círculos literarios de universidades y periódicos norteamericanos, que Jorge Luis Borges, como su contemporáneo Benjamín SolariParravicini, tenía talentos de anticipación y le era revelado el futuro. Lejos de reírnos a carcajadas como en un coro de desalmados borgistas, sus lectores de siempre, o tal vez una mayoría de tan extenso grupo, nos miramos maravillados como cuando un jugador de fútbol argentino pasa a integrar las lides de un club del primer mundo tal con el ascenso de Borges a la categoría de Nostradamus. Más aún, hay quien no solo especula con que nuestro poeta previó la existencia de la Internet sino que además la creó. Esto, claro, basándose en la lectura de cuentos como “La biblioteca de Babel”, “El Aleph”, “El jardín de los senderos que se bifurcan” y, ante todo, “Tlön Uqbar Orbis Tertius”, amoroso homenaje a las ideas e invenciones de su polifacético amigo Xul Solar (Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari 1887-1963). Tal vez ahí esté la clave. Quizás, por su particular historia personal, las características de su obra, los intereses metafísicos que lo guiaban; la invención de sistemas como un nuevo tarot o un nuevo ajedrez; su personal visión astrológica; las constantes referencias esotéricas y su convencimiento de que en las matemáticas y en la física se hallaban los secretos del mundo, podría bien ser Xul Solar quien predijo la existencia de la red global. Pero en Estados Unidos no saben que existió Xul Solar. Más aún, el pensamiento empírico, aristotélico, que domina en aquella cultura, poco podría comprender acerca de los alcances de la obra de este artista y científico porteño, de la influencia que ejerció no solo en Borges sino en otros intelectuales como Leopoldo Marechal, Roberto Arlt, Julio Cortázar u Osvaldo Lamborghini, entre otros. La clave que se halla en la obra de Xul Solar es su alejamiento completo del binarismo tradicional para entregarse a una mullida y vasta polivalencia. ¿Cómo podrían Borges y Xul Solar, que creían en la superación del binarismo, ser precursores de un red virtual que está determinada por cálculos binarios de la fórmula, de Gottfried Leibniz, 1-0? Anticipándose -él sí- varias décadas a postulados, que esgrimiera Jacques Derrida, acerca de que es necesario deconstruir las oposiciones invirtiendo primero las jerarquías (en la oposición de dos términos siempre uno de los dos ocupa una posición dominante) para resquebrajar luego todo el sistema, Xul Solar pretende que se alce un mundo basado en terceras posibilidades que, en general, han quedado ocultas, prohibidas por el patriarcado binarista, y que se tienen por más abiertas, armonizadoras y con gran capacidad de adaptación por su flexibilidad.
Que Borges haya homenajeado su amistad con este artista, todavía poco frecuentado hasta en su propio país, con el que es, tal vez, su mayor cuento, habla también de su sintonía con las visiones de Xul Solar. No debe sorprendernos que ambos cultivaran, a su manera como suele suceder, el Budismo. Tanto así que, visitando el museo Xul Solar en el antiguo edificio del Pen Club de Palermo, hallaremos imágenes budistas en forma de mandalas y en iconos sea en telas, madera u otros soportes. Como también existe aquel pequeño libro de Borges con Alicia Jurado que titularan, al modo zen, con la pregunta “¿Qué es el budismo?” Tal vez nuestra ignorancia nos hace creer que Borges o Xul Solar predecían la existencia de Internet cuando, en realidad, suponían que el mundo se estructura como un lenguaje y que hay un ultra-mundo que se expande hacia el infinito en combinaciones inesperadas, simultáneas y paralelas, como sucede en “La biblioteca de Babel” desde las formas hexagonales, mandálicas. El astuto pensamiento empírico de nuestros generadores de tendencia imperiales, sólo alcanza a reducir los resultados de la creatividad de Borges a una improbable capacidad de visionario cuando lo que nuestro poeta intentaba expresar era algo menos banal que “esta bomba de tiempo a la base de las certezas metafísicas de la humanidad” (ver encabezado de este blog). Personalmente, creo que si Borges asistiera al uso y desuso que se hace de la red global, estaría espantado. Además, un bibliófilo como él, un confesado fetichista del libro, solo hallaría desolación en el mundo virtual.
©F.R.