lunes, 29 de septiembre de 2008

Recital recomendado El Filón

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"Escobar", tango de Ontivero-Filipo.

El Filón Tango es un dúo de guitarras y voz femenina que integran jóvenes y muy talentosos músicos: Zulma Ontivero y Carlos Filipo. Llegarán al ciclo Tangos con el Alma para presentar su primer compacto "Da capo/Tango", que en términos musicales representa un retorno al principio de la partitura, todo un símbolo de la historia reciente de Zulma y Carlos que casi tres años atrás llegaron a Buenos Aires desde su ciudad de Córdoba para empezar "de nuevo" su carrera artística en procura de un futuro más amplio en su arte.

Un encuentro de renovadas emociones y cálidos momentos gracias al talento de Zulma y Carlos, que presentarán un repertorio de temas propios y clásicos del género.

La cita es para el viernes 3 de octubre, a partir de las 21, en Bien Bohemio, La Casa de Tití Rossi, Sánchez de Loria 745, barrio de Boedo, Buenos Aires. Aconsejable reservar al 4957-1895 (desde las 20 hs. del jueves 2) o bien a la dirección de correo electrónico detangos@yahoo.com.ar. El derecho de espectáculo es de $ 15. Consumición a la carta sin mínimo preestablecido.
(texto de Enrique Snider)

http://www.myspace.com/elfilontango

martes, 23 de septiembre de 2008

Estamos en radio esta noche


Esta noche de martes 23 de Septiembre a las 21.00 horas(1 am en Europa) estaremos charlando al aire mi amigo Enrique "el Alemán" Snider y yo por su amable invitación a participar en su programa Con alma y música, que se emite por AM 1120 Radio Tango de Buenos Aires. También se puede escuchar online y en directo entrando a  http://www.amtango.com.ar/

sábado, 20 de septiembre de 2008

Será que estoy llorando (Piazzolla- Ferrer)

A diferencia de otras vidas del amor, creemos que la amistad es eterna y es tan profundo e inabarcable el dolor que nos produce su final que todo parece perder sentido repentinamente. El Tango cantó este rasgarse muchas veces tras la escena del amor romántico tal vez por ser más soportable su caída. Tarde o temprano, la herida del amor sentimental llega a cerrarse pero la que deja el fracaso de una amistad permanece sensible para siempre no pudiendo nada ocupar ese lugar. Pensando en estas cosas, y en amigos que ya no están porque faltó el amor y sobró la estupidez, recordé este tango que Ferrer y Piazzolla escribieron en París, en 1981, última obra entre ambos y despedida de un vínculo amistoso y creador que superaba las dos décadas. Lo conocí en la voz de Hernán Salinas, en 1991, a capella, en su departamento de la calle Paraguay, y lo grabé seis años más tarde en Ámsterdam con Juan Pablo Dobal y Hernán Ruiz mientras Frits Janmaat, restaurador de pianos Erard, escanciaba vinos inolvidables que aclaraban la garganta y los dedos y las cosas del alma.


Será que estoy llorando

Nieva y nieva
y el desván está vacío.
Sólo queda un cartelito
"Se vende"
que me duele como el tiempo.

No hay ni un mueble
en esta azul melancolía,
pero ayer tampoco había
más que el cielo
de una cama que era el suelo.

Te subí de tul vestida
con mi traje tan prestado.
Si reír fue la bebida,
se embriagó el amor diez años.

Pero un día
por un chiste mal contado,
los compinches, en dos bandos, desataron
la revancha y la soberbia.

Y este cálido
desván plumón de nido,
me vio vuelto un asesino,
me golpeaste,
nos cubrimos con afrentas.

Y en aquella escribanía
fue un fangal nuestra poesía.
Cada cual fraguó testigos.
Cada amigo fue enemigo.
Cada insulto fue asentado.

Y el desván fue malvendido
y el dinero repartido
y el olvido fue un candado.

Nieva y nieva,
y sin saber por qué he venido,
en los vidrios ateridos
vi tu rostro reflejado,
desolado, blanco y breve.

Debe ser que te he adorado.
O será, tal vez, la nieve.
O será que estoy llorando.
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jueves, 18 de septiembre de 2008

Por qué no canto así


Si. Me preguntan dónde estoy cantando, cuándo es mi próxima actuación. Y, salvo alguna participación como invitado, hace casi un año y medio que no subo a un escenario. ¿Por qué? Ya es tiempo de aclarar esto por aquí.
Tengo la suerte de haber comenzado desde muy abajo en este oficio, básicamente en la calle por las monedas que el transeúnte quisiera arrojar a la funda de mi guitarra tendida en la vereda. No fueron días ni semanas ni meses. Recorrí media Europa como busker, conocí la dormida en celdas policiales, en estaciones de tren, en plazas públicas, en habitaciones de hotel de mala muerte; conocí las corridas callejeras, las peleas por tal o cual vereda o esquina para tocar, los cateos, las broncas y las alegrías supremas. Todavía guardo dibujos y poemas que desconocidos me iban regalando al paso de las canciones a más de 20 años de aquellas aventuras. Luego vinieron los bares, los teatros chicos, los festivales, los teatros grandes, las giras, los CD’s, los reportajes, la radio, la televisión, las notas acerca de uno en diarios y revistas, los managers, las grupies, las giras, el “éxito”. La vida me regaló conocer cada una de las etapas en esta carrera de la música, pero nunca, nunca, tuve que pagar para trabajar. Porque es mi trabajo, mi oficio y profesión, no un hobby. Pretendo lo mismo que los músicos en La Plata ya lograron: no tener que pagar para trabajar. Es inconcebible que los bolicheros no sólo exijan un “seguro de espectáculo” equivalente a una cantidad de dinero proporcional a la cantidad de personas que, según ellos, debería uno llevar a su bar, sino que además hay que pagarles un porcentaje de la entrada y obviar que se están quedando con la caja que da la barra y sus consumiciones. Los que hemos trabajado en el gremio gastronómico sabemos que es alta la ganancia en todo lo referente a tragos y sus variantes. De este modo, sólo los que tienen el dinero para afrontar esto son capaces de subirse al escenario. Se corre la variable por la calidad para que la holgura económica ocupe ese lugar. No sorprenda que, entonces, haya tanto personaje extraño cantando tangos, por ejemplo, nivelando hacia abajo las posibilidades del género. Los bolicheros se comportan como dueños de casa de fiestas a las cuales se alquila y, en tanto pague, que actúe el que quiera. Más allá del perjuicio que esto provoca entre quienes nos tomamos seriamente este laburo, más allá de un camino hecho, no es posible que haya que pagar todo eso y bueno sería que el boliche se quedara con las consumiciones y listo. Ojalá en Buenos Aires ocurra lo mismo que en La Plata, o que las asociaciones gremiales (SADEM, UMI) no sean hipócritas y traten de una vez seriamente este tema. El capitalismo, la sociedad mercantilista, provoca automática censura en los artistas.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Milongón del Roca

En tiempos en que arden los trenes y la realidad se hace humo, un pequeño aporte a la "confusión general", como hubiera dicho Aldo Pellegrini, en modesta canción rioplatense.
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 Milongón del Roca

El bolsito con la toalla y el jabón,

la mirada de la noche y ya es de día.

Bondi lleno yendo hasta Constitución.

La mitad de lo que pasa son mentiras.

 Los carteles anunciando una elección

y el futuro que murió este mediodía

en la esquina de Jujuy con Pueyrredón

porque la desilusión le dio cabida.

“¡La Razón a voluntad!”,

dicen los pibes,

pregonando una verdad

que nadie sigue.

El que tiene poco da

porque es contado,

la limosna en “cuotacard”

no se ha inventado.

Va dejando la ciudad

el tren cargado

de un presente sin piedad,

tan alienado.

Cada cual su mp3

auriculado,

lo mejor es no saber

quién está al lado.

“¡La Razón a voluntad!”

y está tan claro

que es más fácil no escuchar

y hacerse a un lado (y hacerse el nabo).

Esa bronca que se junta en la estación

por los trenes que no salen todavía.

Cada uno con su mambo y su versión

de las cosas que le faltan en la vida.

 Y los chicos con los diarios y el garrón

de mentir con paco el hambre que lastima.

Cada uno con su propia indignación

negociando una porción de sobrevida.

 

©Fabian Russo 2008