domingo, 17 de octubre de 2010

La violeta


Tango 1930
Música: Cátulo Castillo
Letra: Nicolás Olivari

Con el codo en la mesa mugrienta
y la vista clavada en el suelo,
piensa el tano Domingo Polenta
en el drama de su inmigración.
Y en la sucia cantina que canta
la nostalgia del viejo paese
desafina su ronca garganta
ya curtida de vino carlón.

E La Violeta la va, la va, la va;
la va sul campo che lei si sognaba
ch’era suo yinyín que guardándola estaba...

Él también busca su soñado bien
desde aquel día, tan lejano ya,
que con su carga de ilusión saliera
como La Violeta que la va, la va...

Canzoneta de pago lejano
que idealiza la sucia taberna
y que brilla en los ojos del tano
con la perla de algún lagrimón...
La aprendió cuando vino con otros
encerrado en la panza de un buque,
y es con ella, metiendo batuque,
que consuela su desilusión.

sábado, 9 de octubre de 2010

Tango al Sur en radio de Cali, Colombia, Parte 1

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Con obras del CD "Tango al Sur" y, entre otras, "María" -con el Sexteto Canyengue, 1992- y "Nostalgias" -con la orquesta de la Universidad de Rosario bajo la dirección de Domingo S. Federico,1996-.

Tango al Sur en radio de Cali, Colombia. Parte 2

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Con obras del CD "Tango al Sur" y, entre otras, "María" -con el Sexteto Canyengue, 1992- y "Nostalgias" -con la orquesta de la Universidad de Rosario bajo la dirección de Domingo S. Federico,1996-.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sensiblero (Julian Plaza) Marcucci Dobal



Sucedió en el viejo Akhnaton de Amsterdam en junio de 1994. El recientemente fallecido maestro Alfredo Marcucci se dispuso a improvisar ( como siempre hicieron) junto al pianista Juan Pablo Dobal el tango "Sensiblero", de su amigo Julián Plaza. Vaya este homenaje a un grande entre los bandoneonistas de su tiempo que vivió durante décadas en Landen, Bélgica.

martes, 7 de septiembre de 2010

Tango al Sur, una Revue de Tango.



Desde el Tango tradicional hasta el de nuestros días dan vida a este espectáculo en el que confluyen la danza, el canto y la música instrumental con toda la intensidad del Arte de Buenos Aires. Tango al Sur reúne a dos de las parejas más destacadas de la nueva generación de bailarines argentinos junto a músicos de importante trayectoria nacional e internacional.
Un espectáculo emocionante, intenso y original, que despliega sobre el escenario inspiradas coreografías de obras clásicas así como versiones íntimas y profundas en vivo con canto, bandoneón, guitarra y contrabajo. El dramatismo, la intimidad, la pasión y la belleza característicos del género crecen mostrando que el Tango es un estado del alma y que, a pesar de su identidad profundamente argentina, es un arte que hoy «reina en todo el mundo».

lunes, 6 de septiembre de 2010

Mi refugio, un tango





La reflexión acerca de un Refugio Perdido en lugar del Paraíso Perdido miltoniano, es un paso reciente que aborda la Filosofía desde hace unas cuatro décadas.
El hombre arrojado hacia adelante en una escena que surge de la tierra y sus ciclos agrarios, es parte esencial del concepto de Da Sein en Heidegger. El paradigma allí es el mismo que en los últimos siglos: el hombre expulsado y su relación antitética con la Naturaleza. La palabra será, entonces, la casa del Ser. Más tarde, Hanna Arendt dirá que la Patria es la lengua materna. Este racionalismo humanista se mantuvo durante siglos como puerta de acceso a la Filosofía aunque, ya en tiempos de entreguerras, llevará al existencialista alemán a abrazar y alimentar tigres nazis basándose en la herencia y la tradición, como es dable en un pensamiento que tiene por base una interpretación agrícola de la existencia.
En el momento en que lo que está perdido no es el Paraíso sino el Refugio, cambia la escena original, aquello ligado al existir. Ya no la expulsión del Paraíso que la tradición oral o escrita, religiosa o histórica, tomara como referencia para un soñado “regreso” basado en las leyes del discurso de que trate, sino el cobijo de un Refugio basado en la imposibilidad del volver - de una vez para siempre- al vientre materno.
El refugio en lo imposible.
De esa expulsión no se vuelve como no se vuelve a la caverna original de nuestros antepasados. Expulsado de la Naturaleza, el hombre se vio desnudo ante su propia imperfección y tendió alianza con su congénere dando paso a la horda primitiva en alabanza de la Diosa. Estos rituales sirvieron para crear la cohesión necesaria de la horda, cohesión que se produjo por medio de los himnos y los cantos sagrados. La música, paralelo tonal del mundo emocional, según Peter Sloterdijk -quien trae la idea desde Pitágoras-, es aquello que suplió el silencio de la expulsión original. Silencio que, por no poder todavía decodificar otros sonidos, deviene de no poder oír más el murmullo materno dentro del vientre. Silencio que, a la vez, intentamos obliterar por medio de la música constante que grita en altavoces callejeros o encapsulados en los auriculares. Música que ya no es sagrada porque ahí se encuentra nuestro ser pero pesa más la expulsión y la angustia que buscamos callar aturdiéndonos en tiempos donde nadie escucha a nadie.
En el Tango, como en el Blues y otras formas artísticas urbanas surgidas a fines del Siglo XIX y comienzos del XX, el silencio, el corte en la alienante cadena metonímica, es expresión de aquel retorno imposible que, como en cualquier exilio, se convierte en refugio. Ya no la palabra como casa del Ser sino el alma que está fuera de lugar, en “orsay”.

©Fabián Russo,2010.