Otro tango
Con el trago de ron aceitando
el reumático azul de su aliento
sale uno a ladrar tangos lerdos
aunque nadie festeje su bardo
Ronda un frío fatal y, en las bocas,
una suerte de adioses bailados;
en el salto mortal de sus pasos
hay un tanto de amor que se implora.
Nadie oye, la voz va por dentro,
ya no importa el que canta o si el aire
se ha mezclado en el místico baile
desatando del Tango el Misterio.
Sigue el hombre contando su herida
y la vista clavada en un sueño...,
la corbata raída y el tiempo
latigando en la luz amarilla.
No son muchos, apenas bastantes,
los que van abrazados y en celo,
si parece que fueran muñecos,
como dice el poeta, el cantante.
©Fabián Russo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario