domingo, 20 de marzo de 2011

Elías Jorge Cazmuz, (1926-2011)



Reflexiones

El hombre confunde su sed de peregrino y se busca, equivocado, en las cosas.
Como camino pueden servirle o no; eso depende del caminante. Como estación jamás.

Las cosas desasosiegan al hombre si fija su meta en ellas. Por si mismas lo entretienen, lo demoran.
El Amor las vuelve significantes y alimento para el hombre.

El fin y el principio de toda Vida es el Amor. Ale­jarse del Amor es ir hacia la muerte.

Ser Hombre es crecer hacia la Luz, caminar con un destino, volver al Amor, volver a Dios.
No es fácil esperarlo desapegado y sin miedo pero Él no llega de otro modo.

Que el hombre ordene o desordene el mundo depende de su orden o desorden interior.
El Amor ordena al hombre.

El hombre es camino y caminante al mismo tiempo. Andando se descubre. Hace camino caminándose.

Caminar es como iluminarse por dentro. Es ir hacia la Fuente. El hombre es la sed. La Fuente está en el hombre.

El otro siempre es luz si lo miramos con Amor.

El hombre que busca la Luz la encuentra en todas partes.
Para el que camina hacia la Luz hasta las tinieblas son peldaños.


…Como un Nacimiento
 
Ando siempre como soñándolo al Hombre.
Gestación y rastreo sin sosiego al mismo tiempo
Alumbramiento permanente.
Ya no hay pan para mi hambre ni agua para mi sed.
Me muevo a veces como peregrino sin destino.
Me caigo en los umbrales.


Pero hay una Palabra que crece.
Sí.
Palabra que se nutre de abandono, de Silencio…
De raíces.
Una Palabra que duele
…Como un nacimiento.

Del libro "Traigo el Fuego" (2010)

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