25/1/99
Es un verdadero Bardo. Tímpano retumbante, timbres
discretos, estridentes, abombados, floreos y floreales, románticos gardeles o
berones rosales, polacos resplandores, límpidos fraseos, julios o julianes,
varones de tanto tango, tanta calle porteña dibujandose en gargantas areneras o
melosas, lo mismo da. Lo mismo dá? Bardo de día y de noche, transar de minas,
con alcoholes y milongas y carradas de perfume y una noche en un hotel de
alguna gira pinta un tanguito que te pega de pronto el bajo vientre y te hace
mierda, bardo, es buenos aires que te llama como una madre y te dice: bardo,
bardito en que andás? volvé querido, volvé.
Y vos volvés.Seguro que volvés. Pero al ratito nomás te
estás diciendo algo, te estás buscando el bardo de nuevo, eso no se cura, no,
ni con el mate amargo, te sacás la curda de bardero viejo y cabalgando. Como
hacer, el tiempo te reemplaza una parada con un hilo y el aplauso cuesta, se
paga, la escalera de la vida y vos que probaste de todo.
De entrada nomás, pendejo y todo te tiraste a bardear como
zorzal.
Gabriela Echeverría